

Presentación de Producto
Evento de lujo Havana Club 1519 en el Gran Teatro
La presentación de Havana Club 1519 en el Gran Teatro de La Habana elevó el lanzamiento a la categoría de evento de lujo. Escoger este lugar emblemático, con su arquitectura neobarroca y la vista directa al Capitolio iluminado, reforzó el carácter histórico y exclusivo de la edición. Nuestro equipo dirigió la propuesta creativa, replicando la paleta y las tramas del estuche para que cada rincón del teatro hablara el mismo lenguaje del producto.
Caja en blanco
Una boda en el Hotel Nacional marcada por sus raíces
Para Mara, casarse en el Hotel Nacional no fue una elección cualquiera: fue volver al lugar donde vivió su infancia junto a su madre, corresponsal de prensa. Aunque no es cubana, no lo supimos hasta bien avanzado el proceso de coordinación —todos pensábamos que lo era. De hecho después de verla bailar en la boda… todavía tenemos dudas.
Este hotel y Cuba forman parte de su historia, y Brett la acompañó en esa decisión cargada de memoria. Juntos ofrecieron a sus invitados una celebración distinta, en uno de los espacios más emblemáticos de La Habana.
Preparativos con vista al Malecón
Mara se preparó en un lugar con vistas directas al Malecón habanero, el mismo que sería testigo de su ceremonia solo unas horas después. Compartió la mañana con sus damas de honor entre risas, copas y fotos espontáneas en el balcón.
Del mismo modo, Brett vivió sus preparativos con calma, rodeado de su corte, en un ambiente distendido que también reflejaba la emoción del día. Todo fue natural, íntimo y alegre: unos preparativos relajados, pero con ese entusiasmo único que tiene el día de la boda cuando ya empieza a sentirse real.
Decoración tropical exuberante
La boda de Mara y Brett apostó por una decoración tropical elegante, envolvente y muy conectada con el carácter del Hotel Nacional.
La ceremonia se diseñó para integrarse con el entorno: a nivel de piso, sin estructuras que bloquearan la vista abierta al mar. Vegetación tropical y flores en tonos intensos enmarcaron el momento sin restarle protagonismo al paisaje.
Después, el seating chart marcó el tono de la celebración desde el jardín. Sobre una estructura de madera, rodeado de una puesta floral tropical de gran formato, se convirtió en una pieza protagonista, pensada para recibir a los invitados con la misma fuerza estética del evento.
Fue en el salón donde la intervención decorativa resultó más determinante. El techo, muy alto y oscuro, podía hacer que el espacio se sintiera vacío. Al principio, los novios no estaban del todo convencidos de intervenirlo, pero confiaron en nuestra propuesta y aceptaron trabajar esa área.
Diseñamos una instalación aérea con grandes hojas tropicales y lámparas tejidas, que bajaban visualmente el espacio y creaban una atmósfera más íntima y cálida. También se iluminó cada centro de mesa desde el techo, resaltando el color de las flores. El resultado fue justo lo que se necesitaba: el salón se transformó como si la vegetación descendiera del techo y tomara forma propia.
Uno de los puntos más impactantes fue el área de los novios. Detrás de la mesa se montó una pared de madera con sus iniciales, rodeada de vegetación y luces cálidas que bajaban del techo. En esa zona, la decoración aérea se trabajó con un volumen notable de flores, lo que convirtió ese espacio en un foco visual clave dentro de la boda.
Un pastel de bodas con sabor a mar
Si bien la decoración general apostó por un estilo tropical exuberante, el pastel tuvo un lenguaje propio. Azul y con detalles inspirados en la playa, fue un guiño directo a las costas cubanas que marcaron la infancia de Mara.
Y no fue casualidad: el carro antiguo, el traje azul de Brett y la corte de Mara, vestida en diferentes tonos del mismo color, reforzaban el uso del azul como un guiño simbólico, integrado con naturalidad al estilo tropical, aunque no fuera el tono principal de la boda. No se trataba de seguir al pie de la letra una estética, sino de sumar elementos que hablaran de su historia, de su vínculo con el mar y de esa Cuba que Mara lleva dentro.
Maridaje de ron y puros: un momento muy cubano
Durante el cóctel, uno de los momentos más especiales fue la experiencia de maridaje con ron y puros cubanos. Integrar símbolos de la cultura cubana era tan importante para ellos como casarse en el Hotel Nacional. Para la novia, esta parte tenía un valor muy personal: era otra forma de compartir parte de Cuba íntima con los invitados que llegaron de lejos. Una pausa donde los aromas y sabores hicieron de puente entre culturas.
La experiencia musical fue inolvidable
Para cerrar la noche, El Septeto Santiaguero —una de las agrupaciones más reconocidas de la música tradicional cubana— llevó la celebración a otro nivel.
De hecho poder contar con una orquesta de ese prestigio fue un verdadero lujo para los invitados internacionales. Con dos premios Grammy Latinos y una presencia arrolladora, su música no solo animó la fiesta: conectó a todos con la esencia cultural de la isla y cerró el día con una energía inolvidable.

Proveedores:
Diseño y Decoración :
Aire de Fiesta
Catering:
Iberostar Parque Central
Lugar:
Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”
Al subir las escaleras hacia el primer piso, los invitados encontraban en el descanso una pieza central: la botella de Havana Club 1519 sobre un pedestal. Ese pedestal estaba diseñado como una réplica del estuche, con sus tonos oscuros y detalles dorados, reforzando la identidad del producto. De fondo, una trama a gran escala inspirada en el propio estuche enmarcaba la escena y convertía el lugar en el punto más fotografiado del recorrido. La iluminación puntual sobre la botella acentuaba su exclusividad y marcaba desde el inicio el tono de un evento de lujo.


El producto como protagonista
La botella de Havana Club 1519 se presentó como el centro de la escena, concebida no solo como un envase, sino como un objeto de colección. Su diseño se inspira en la herencia arquitectónica de La Habana: líneas limpias que recuerdan la elegancia clásica y detalles sobrios que evocan la herrería colonial presente en el estuche. El cristal transparente dejaba ver el ron ámbar, resultado de un proceso de mezcla y envejecimiento. Cada pieza estaba numerada, reforzando la exclusividad de una edición limitada de apenas 500 botellas, creadas para celebrar los 500 años de la ciudad.

El gran salón
En el segundo piso del Gran Teatro, el gran salón fue el espacio central del evento de lujo Havana Club 1519. La paleta negra, dorada y ocre definía la atmósfera, con una iluminación cálida que resaltaba molduras y columnas históricas. Los arreglos florales y la papelería a medida reforzaban la elegancia del lugar, mientras cada mesa y detalle gráfico retomaban las tramas del estuche de Havana Club 1519. El resultado fue un ambiente sofisticado, a la altura de un lanzamiento de lujo.


Juego de alturas en la ambientación
Se combinaron pedestales con arreglos florales a gran altura con centros de mesa bajos. Esta solución permitió responder al puntal elevado del espacio sin interferir en la conversación de los invitados. Las mesas conservaron una elegancia sobria y sutil, mientras los arreglos en altura aportaban la escala necesaria para equilibrar la sala y mantener la coherencia con el concepto de lujo de Havana Club 1519.


La necesidad como punto de partida de un buen diseño
La necesidad de panelar el gran salón —para evitar que se viera vacío y al mismo tiempo cubrir una exposición ajena al evento— se convirtió en la mejor oportunidad de diseño. Esa intervención derivó en una gran pared que funcionó como eje central del branding y escenario del photocall. La estructura combinaba follajes dorados de especies autóctonas con calados y tramas inspirados en el estuche, además de logotipos aplicados a gran escala. Lo que empezó como una necesidad técnica terminó siendo un recurso escenográfico clave para reforzar la identidad de Havana Club 1519 y marcar el punto más fotografiado de la noche.


