Casarse en La Divina Pastora bajo un arco de flores blancas con plataforma efecto espejo y vista al mar

Sheyla y Jaikel

Casarse en La Divina Pastora

Sheyla y Jaikel no solo querían casarse en La Divina Pastora: querían una boda espectacular. Y la tuvieron. El azul real marcó el tono de toda la celebración, desde el diseño gráfico hasta la ambientación. Con una ceremonia imponente, una mesa presidencial que se convirtió en el centro de todo y una puesta en escena que transformó el lugar por completo, esta boda superó cualquier expectativa.

Casarse en La Divina Pastora bajo un arco de flores blancas con plataforma efecto espejo y vista al mar

Proveedores:

Coordinación, Diseño y Decoración :

Aire de Fiesta

Fotos:

Estudio Aires 

Flores:

Islaflor

Maquillaje y Peinado:

Michel Rego

Video:

Producciones Almendares 

Lugar:

La Divina Pastora

 

 

El día comenzó así

En una casa rodeada por el bosque de La Habana, Sheyla disfrutó sus preparativos con calma, entre risas, conversaciones y la energía de quienes la acompañaban.

Ramo blanco, anillos y zapatos sobre la mesa durante los preparativos de la novia para casarse en La Divina Pastora
Novia abraza a niña sonriendo durante los preparativos antes de casarse en La Divina Pastora
Abrazo de la novia a una niña durante los preparativos antes de casarse en La Divina Pastora
Novia sentada sobre la cama durante los preparativos antes de casarse en La Divina Pastora
Novia de pie frente a la ciudad tras concluir sus preparativos para casarse en La Divina Pastora

Tres gestos que lo marcaron, y un brindis antes de salir

Jaikel se tomó un momento con cada una: su abuela, su madre y su hija. En cada beso, una emoción distinta. Después, un brindis relajado con sus amigos antes de partir hacia la ceremonia.

Una ceremonia que deslumbró

El doble arco cubierto de flores blancas, la pasarela espejada y las jardineras continuas convirtieron el jardín de La Divina Pastora en una escenografía imponente.

Camino a la ceremonia, paso a paso

Antes de llegar a la plataforma, Sheyla avanzaba del brazo de su papá, sonriente. El momento estaba por comenzar, y ella ya lo estaba disfrutando.

El primer beso

Después de tantos  nervios, el beso marcó el inicio de otra etapa del día: la de disfrutar, sin más tensión, lo que quedaba por vivir.

Una mesa presidencial  imposible de ignorar

La mesa presidencial marcó el eje visual de toda la boda, con arreglos en cascada a ambos lados y bajo un túnel de arcos con iluminación.

Una forma distinta de crear recuerdos

Disfrutamos crear espacios que personalicen las bodas. En esta ocasión, estrenamos una cabina telefónica que se convirtió en uno de los puntos más retratados. Un teléfono vintage grababa videos y audios a modo de dedicatoria y recuerdo.

Volvieron al altar, esta vez solos

Después de la ceremonia y las fotos, Sheyla y Jaikel regresaron al altar para leerse los votos en privado. Sin público, solo con las cámaras como testigos, se regalaron unos minutos de calma antes de volver a la celebración.

Así comenzaba la cena

A la invitación del maestro de ceremonias, Sheyla y Jaikel entraron tomados de la mano, celebrando como si la fiesta ya estuviera en su punto más alto. Desde antes de la cena, el ánimo era claro: disfrutar al máximo este día.

Primer baile,  otro momento  espectacular 

La pista impresa con su monograma se llenó de humo bajo. Fue el primer cambio de ritmo del día, y marcó el inicio de la celebración como tal.

 

Un giro distinto para el ramo de  novias

Rodeando la pista con cintas en mano, las invitadas girando en torno a Sheyla. Una forma participativa y alegre de entregar el bouquet, sin lanzarlo.

El arco de la ceremonia, el lugar preferido para las fotos 

Primero fue altar. Luego, fondo para el pastel. Y al anochecer, el lugar al que todos volvieron para las fotos de grupo, ahora bajo una nueva luz.

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