Renato Prono y Alba Riquelme soñaron con una boda que no solo reflejara su amor y espíritu aventurero, sino que también les permitiera compartir momentos únicos con sus seres más cercanos. Escogieron Varadero por la belleza de su playa, un lugar donde su sueño no solo se hizo realidad, sino que superó todas sus expectativas.

Preparativos: Momentos llenos de complicidad

En el Hotel Meliá Internacional, Renato y Alba se prepararon para su gran día rodeados de sus seres queridos. Alba compartió la mañana con sus amigas y cuñadas en su suite, disfrutando de un momento especial de complicidad durante un first look en el balcón con el mar como fondo.

Desde su habitación, Renato observaba cómo todo tomaba forma, emocionado al ver cómo cada detalle de su boda se hacía realidad. “Sabíamos que iba a ser un día especial”.

Diseño: Una boda tropical cuidadosamente planeada

La decoración de esta boda fue un proyecto complejo, diseñado para que cada espacio sorprendiera a los invitados de forma progresiva. Alba había sugerido un código de vestuario inspirado en colores vivos, y las flores tropicales como alpinias, anturios y orquídeas se encargaron de reflejar ese mismo espíritu vibrante en cada detalle de la decoración.

La ceremonia fue el primer gran impacto visual. Un túnel de bambú de 4 metros, decorado con arreglos de gran escala que cubrían ambas caras, marcaba el camino de los novios y descendía hasta transformarse en el altar.

La recepción continuó con una mesa única en forma de columpio, suspendida bajo un techo cubierto de follaje y flores tropicales. Este diseño, además de ser funcional al sostener la iluminación de la mesa, sobresalió por su diseño único, integrando flores y follaje que aportaban un toque vibrante al espacio.

En el centro del área que conectaba la cena y la fiesta se ubicó un gran bar redondo, diseñado estratégicamente para dar servicio a ambas zonas. Su estructura de cinco metros de diámetro, inspirada en un árbol, estaba decorada con lámparas colgantes de mimbre que aportaron calidez y personalidad, convirtiéndose en un punto clave del diseño y un lugar de encuentro para los invitados.

La zona Chill Out, ubicada en los extremos y cubierta por pérgolas, ofrecía un ambiente relajado y acogedor para el descanso y la conversación. La pista de baile, situada en el centro, conectaba visual y funcionalmente todas las áreas de la celebración.

El Hotel Meliá Internacional: un lugar privilegiado

Ubicado en una de las mejores zonas de playa de Varadero, el Hotel Meliá Internacional ofreció un escenario excepcional gracias a su amplia franja de arena, que permitió un diseño de boda único y sin restricciones.

El hotel también brilló con una propuesta de gastronomía de diseño, que sorprendió a los invitados con sabores y presentaciones cuidadosamente elaboradas, asegurando que cada aspecto de la celebración estuviera a la altura de las expectativas de Renato y Alba.

Un proyecto ambicioso que valió cada esfuerzo

Esta boda fue mucho más que una celebración: fue un proyecto ambicioso que nuestro equipo asumió con toda su experiencia y dedicación. Veníamos de participar en una feria fuera de La Habana, y un evento de esta magnitud requería una logística compleja y una planificación impecable.

El día de la boda, el viento complicó el montaje, poniendo a prueba cada detalle de nuestro diseño que incluía muchos elementos de gran altura, desde la mesa-columpio hasta los arreglos florales suspendidos, lo que exigió un trabajo meticuloso para asegurar cada detalle en medio de fuertes ráfagas y no tener que renunciar a ninguna parte del proyecto.

Cuando Alba nos dijo al final de la ceremonia: “Esta boda es más hermosa que mi tablero de Pinterest”, supimos que cada esfuerzo había valido la pena.